viernes, 27 de febrero de 2015

La sonrisa

      Tú y yo nacimos juntos y así es como vamos a morir. Juntos. Siameses. Perdidos. Un accidente, una triste casualidad que no ha dejado de apuñalarme las entrañas ni durante un minúsculo segundo de mi vida. El asco es terrible. Náuseas y días de romper nudillos y paredes. Pero te voy a matar. Te acabaré matando. Te arrancaré de mí cuando no pueda más. Y no te echaremos de menos. Ni yo, ni nadie. Es cierto que también yo estaré muerto para entonces, pero muerto con una sonrisa. Una sonrisa imbécil y real. Así me despediré de ti. Así me desharé de tu puta malicia. Así terminaremos, como tú siempre quisiste. Muertos y sonrientes. Mi siamés. Mi criatura. Mi yo.

viernes, 20 de febrero de 2015

Tres ranas muertas

      Música en la radio y dolor de cabeza. Migrañas. Musarañas. Migrañas. Necesito que se apaguen. Pido silencio con torpeza y nadie se calla y entonces la veo. Una rana muerta. Lo pido por favor, lo pido por favor. Solo un instante de silencio y solo un instante de ternura. Pero están tan ocupados haciendo ruido, haciendo trueno, haciendo tormenta, que nadie me oye. Me voy y me persiguen, vuelvo y ahí están. Durante unas milésimas de segundo contemplo la opción de gritar yo también. Para qué. Para qué, Dios santo. Dos ranas muertas. Necesito una ducha y descansar. Necesito dormir. Pero no habrá ducha. No habrá sueño. En estos días eternos y vacíos no hay tiempo. No hay tiempo para ser ni para estar, no hay tiempo. En estos días de agujas girando a un ritmo terrible y monótono, de memorias torcidas y pedazos de pasado, no hay tiempo. Ahora está sonando una de Peggy March. Y de pronto, tres ranas muertas.

martes, 17 de febrero de 2015

Estás tan viva para mí

Tú y yo nos encontramos en la puerta del penal
tú y yo nos observamos y no puedo respirar.
Dame un trozo de piel
no paro de rezar,
somos dos masoquistas que lo hicieron todo mal.

Casi nos despedimos pero todo empieza a arder
fuego de cuerpo y sangre que me quema a mí también.
Corres a otro lugar
no te puedo alcanzar,
ya ni inventas excusas y me dejas tan atrás.

Pero tu miel me cala bien y no te dejo de querer
y ya no estás, pero yo sí
es una mierda estar aquí.
Vuelves al bar donde te vi y queda poco ya de ti
te estás fundiendo y aún así
estás tan viva para mí
estás tan viva para mí
estás tan viva para mí.

Ahora nos resignamos y solo queda vivir
en mortajas de tiempo cubiertas de frío y gris
pero te vuelvo a ver
eras más guapa ayer
puede que me recobre si al fin consigo salir

Piedras de desayuno y terrible decisión
huele a cuerpos quemados que son señal del horror
ya no te quiero aquí
se me arruga la piel
dejas un charco oscuro que sabe a silencio y miel.

Pero tu miel me cala bien y no te dejo de querer
y ya no estás, pero yo sí
es una mierda estar aquí.
Vuelves al bar donde te vi y queda poco ya de ti
te estás fundiendo y aún así
estás tan viva para mí
estás tan viva para mí
estás tan viva para mí.