martes, 30 de julio de 2013

Pisando huellas

      Podríamos haber abrazado mil infiernos y aún seguiríamos fríos. Seguimos el camino. Puedes pisar mis huellas, si quieres. No te dejaré atrás. No por ti, nunca por ti, si no por mí. Por mí no te perderé de vista. Caminamos durante horas, días, años, décadas. Caminamos imparables. Desesperados. Solo sigue. Sigue, camina, corre, anda. Ni siquiera te entretengas para beber.

      Esa es nuestra meta. Donde se han cruzado mil veces las sendas. Donde tú y yo nos volveremos a mirar a la cara sin la más mínima esperanza. Allí es donde terminará todo esto. Así que dame la mano. Dame la mano y aprieta bien fuerte, no te vayas a soltar. Seguiremos adelante con la luz del día, con la luz de las estrellas. Nuestra propia luz, tenue y temblorosa, tendrá que guiarnos en ciertos momentos.

      ¡Pero qué más da! ¡Qué diablos importa! Lo importante es que seguimos adelante. Lo importante es que seguimos vivos y tenemos tiempo de sobra para destrozarnos. Así que solo corre, corre, CORRE. Sigamos adelante, ¿a quién le importa? ESTO ES TODO. NO HAY MÁS. Solo el camino. El camino, a veces tan perfecto, a veces tan corrupto, es lo que le da un mínimo de sentido a todo esto. Así que ponte a correr, una vez más, imparable. No te detengas ante nada. ¿Yo? No te preocupes por mí, yo voy detrás. Pisando huellas.

Isabel

      Me diste un beso en la mejilla y me dijiste que el problema lo tenían ellos, no nosotros. Y yo me empecé a consumir, consciente de mi locura. No te querías dar cuenta de una puta vez y eso nos separó de nuevo, seguramente para siempre.

      Y entonces la conocí. Joder, Isabel, te habría encantado. Estaba tan llena de luz como la primera vez que te vi. Era perfecta. Como tú lo fuiste una vez. Y nos atamos con un lazo rojo, del color de tu pintalabios, y ya nunca nos alejamos. O eso prometimos. Pero, coño, Isabel, tú más que nadie sabe lo que significan los "nunca" y los "siempre" para mí. Ella se fue. Huyó. Murió. Quizás no murió, ¿sabes? pero es así como quiero recordar que la perdí. Porque murió. No fue mi culpa ni fue la suya, simplemente murió. Entiendes que sea así como quiero recordarla, ¿no? Porque sí, seguramente huyera. Con un tipo más guapo, más rico, más simpático que yo. Así que, bueno, ya sabes cómo soy para estas cosas. Por eso preferiría que te refirieses a ella, a partir de ahora, como aquella que murió.

      Así que volví a ti, como siempre hago. Loco, sucio, perdido. Y aquí me encuentro, contándote mi historia, tu historia, nuestra propia historia. Las cosas no duran para siempre, Isabel. Eso lo sé yo y lo sabes tú y lo saben todos. Pero bueno, también es cierto que otras comienzan, otras similares en muchos sentidos. ¿Que por qué vuelvo a ti siempre, Isabel? No tengo ni idea. Yo te podría preguntar lo mismo, pero no lo haré, porque soy un caballero. Así que dejémonos ya de charlas e historias y vayamos al grano. Volvamos a enloquecer, a despedazar nuestra vida de formas imprevisibles. Mátame otra vez, que yo luego te mato a ti, Isabel. Es lo único que nos queda.

viernes, 26 de julio de 2013

Aún olvidada

      Brillas, pero no tanto como deberías. Iluminas el camino, pero, ¿qué camino es ese? Estás hecha de polvo y caos. De luces de ciudad y miel. Y te he esperado tanto que se ha descompuesto mi paciencia. Eres tan increíble, tan imposible. Eres tan estúpida. Eres tan insoportable. Te dejo que te pierdas para siempre porque es lo que mejor sabes hacer. Mientras tanto déjame aquí sentado. Es un sitio tranquilo. Seguramente estaré bien. Tarda lo que quieras. Me es indiferente. Aún olvidada, te seguiré esperando.

lunes, 8 de julio de 2013

Carol

"Ea, ea, ea. Ya ha pasado. Mírame, cariño, ¿parezco asustada? No lo estoy. Estoy tranquila. Quiero que tú lo estés también. Claro que lo que ha sucedido es malo. Y habrá cosas peores. Claro que sufrirás. Lo pasarás mal, peor que nadie. Padecerás el dolor más terrible y morirás sin haber logrado superarlo. Seguramente antes de tiempo. Sí, muy probablemente morirás joven, no vamos a engañarnos. Pero no te preocupes, cariño. Yo estaré al otro lado, esperándote. Yo estaré contigo. Como antes. Como cuando éramos solo nosotros dos. No te preocupes. No te preocupes de nada, mi amor. Morir será bueno para nuestra relación."